El confinamiento ¡ha destrozado nuestra vista! Te decimos qué hacer
El confinamiento ¡ha destrozado nuestra vista! Te decimos qué hacer

El confinamiento ¡ha destrozado nuestra vista! Te decimos qué hacer

El confinamiento ha cambiado nuestras vidas en muchos aspectos, pero el que no nos podíamos ni imaginar era que nuestra visión también se vería afectada, sobre todo en la población infantil.

Los expertos han visto un aumento preocupante de miopía en niños y adolescentes tras el confinamiento. Muchos se han convertido en nuevos miopes, y los que tenían miopía han aumentado en 0,25 o hasta 0,50 sus dioptrias.

Ese aumento en casos de miopía es debido a que al estar confinados en nuestras casas, no hemos tenido opción de que la vista mirara a largas distancias, sólo a cortas, y más aún con el uso de dispositivos electrónicos: tablets, móviles, ordenadores, tv...

La miopía avanza a causa de varios factores:

 

  • La vida sedentaria en casa, la vista necesita luz natural

 

  • Muchas horas frente a dispositivos electrónicos

 

  • Muchas horas estudiando o leyendo mirando a cortas distancias

 

 

Qué se puede hacer para evitarlo:

 

  • Limitar el tiempo de uso de las pantallas según la edad, con un máximo de 1 hora diaria en infantes en edad preescolar, entre 3 y 4 horas diarias en los niños en edad escolar y un máximo de 6 horas diarias en adolescentes. 

  • Al utilizar móviles y tablets, la distancia mínima tiene que ser de al menos 30 cm de distancia.

  • Cada 30 minutos descansar la vista, levantarse e ir hacia alguna zona donde se pueda mirar a lo lejos.

  • Iluminación ambiental alta en las zonas de estudio, si es con luz natural, mucho mejor

  • Tomar suplementos con luteína. Actúa directamente sobre la mácula, que es, recordemos, el punto del globo ocular donde más agudeza visual tenemos. Por tanto, es un ingrediente que potencia la vista. También ejerce como un gran antioxidante.

  • Tomar suplementos de Omega 3. Los ácidos grasos esenciales Omega 3 ayudan a prevenir enfermedades de la retina. El consumo habitual de ácidos grasos Omega-3 también beneficia a la producción de lágrima, haciéndola más abundante  y evitando que se evapore con mucha facilidad, por eso también se recomienda para las personas que sufren el síndrome del ojo seco.

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