El Rooibos al contrario que otros tés, no tiene cafeína.
Tiene un alto contenido en flavonoides, que ayuda a aliviar los molestos trastornos digestivos: indigestión, calambres estomacales, diarrea...
Por su potente poder antioxidante, beber regularmante Rooibos a parte de prevenir de enfermedades degenerativas y riesgos cardiovasculares, también ayuda en las enfermedades de la piel como alergias en la piel y ezcemas.
También es capaz de reducir el nivel de colesterol malo (LDL), regular el nivel de azucar en la sangre y mejorar la circulación sanguínea.
Los ingredientes activos del Rooibos son flavonoides (incluyendo quercetina, isoquercetina, rutina), nothofagin, aspalathin, tanino, aceite esencial, elementos, polisacáridos y ácido ascórbico.
El rooibos también es rico en diversas sales minerales y oligoelementos: proporciona cobre, calcio, magnesio, potasio, sodio, zinc y hierro.
Modo de empleo:
Utilizar una cucharadita de té Rooibos por cada taza de agua
Cuando el agua comience a hervir, retirarla del fuego y dejarla en reposo unos 10 minutos
Si quieres endulazar la bebida, puedes añadirle leche, miel o azucar de caña, o incluso naranja o canela.
Para poder beneficiarse de sus propiedades, es recomendable consumir 3 ó 4 tazas de té Rooibos a lo largo del día. Es un té que no contiene cafeína, por lo que puede tomarse también por la noche.
Advertencias:
Se conoce la interacción de té rooibos con tratamientos de quimioterapia. Si estás con un tratamiento farmacológico de este tipo, consulta a tu médico.
El exceso de consumo podría aumentar las enzimas hepáticas y absorber el hierro de los alimentos.
Ciertos compuestos de té rooibos han mostrado actividad estrogénica. Esto se traduce en que pueden estimular la producción de la hormona sexual femenina. El estímulo de estas hormonas puede no ser favorable en muchos casos por ejemplo en personas con predisposición al cáncer de mama.